domingo, 12 de abril de 2015

AÑO 1839. SESIÓN EXTRAORDINARIA DEL SENADO con motivo del Convenio de Vergara (1.839)

Conocida la firma del Abrazo de Vergara, en el Senado se instó por parte del Duque de Rivas, a mandar inmediatamente felicitaciones tanto al Duque de la Victoria, el General Espartero, como a la Reina Regente, María Cristina. El acta de la sesión se expresaba así:

«Se abrió a las dos y media, y leída el acta de la anterior fue aprobada.

El banco ministerial se hallaba ocupado por los señores ministros de la Guerra y de la Gobernación de la Península.

El señor PRESIDENTE anunció que el señor ministro de la Guerra estaba encargado por S. M. de hacer una comunicación al senado.

El señor ministro de la GUERRA pasó á la tribuna y leyó el parte del señor duque de la Victoria, fechado en Vergara, que ayer se publicó por Gaceta extraordinaria.

El señor PRESIDENTE manifestó que el senado había oído con la mayor emoción y causándole la más grande satisfacción la comunicación de que acababa de dársele cuenta.

En seguida propuso al senado, y este aprobó, si pasaría una diputación de su seno á felicitar á S. M. por tan fausto acontecimiento.

El señor duque de RIVAS : Pido la palabra.

El señor PRESIDENTE: ¿Para qué la pide V. S.? ¿es sobre este particular? Porque antes va á darse cuenta de una proposición presentada por el señor González.

El señor duque de RIVAS: La pido para hablar de este suceso.

El señor PRESIDENTE: La tiene V. S.

El señor duque de RIVAS: Señores , este acontecimiento tan grande, tan interesante, tan portentoso, es uno de aquellos en que se ve patentemente la mano de la providencia que nunca abandona la causa de la razón y de la justicia. La paz, la paz por que han suspirado seis años los pueblos españoles, va á estender (sic) sus benéficas alas sobre este mísero país tan vejado y afligido, por cuyo medio conocerán los pueblos las ventajas de un gobierno sabio é ilustrado, las ventajas de las sabias instituciones que nos rigen, ventajas que era imposible las tocasen en medio de una guerra civil asoladora. Demos gracias al Omnipotente que ha vuelto sus ojos á nuestro suelo del que van á desaparecer tantas desgracias é infortunios.

Este suceso español, puramente español, va á llamar la atención de la Europa entera, del mismo modo que ha llamado la de todos nosotros que experimentamos un júbilo, un placer mas fácil de sentir que de expresar. ¿Cómo pintar la satisfacción, las esperanzas halagüeñas que todos hemos concebido por las faustas noticias que ayer recibió el gobierno? Sería imposible, ¡Gloria eterna pues al trono de la inocente Isabel II, gloria eterna y gratitud á su augusta madre la Reina Gobernadora, gloria al caudillo escelso (sic) que ha sabido unir al valor en los combates, tanto tino y prudencia para llevar á término tan importante negociación, y llevarla de una manera tan fausta para la nación española que no ha sido vulnerada en su honor, ni tampoco lo han sido las leyes que todos hemos jurado!

En un caso como este, señores, cuando el gozo rebosa en el pecho de todos los españoles; cuando todos lo demuestran de una manera ú otra, creo yo que el senado debe demostrarlo igualmente, y ya que el señor presidente ha propuesto que una diputación de este cuerpo colegislador pase á los pies del trono á felicitar á S. M. por tan faustas nuevas, creo yo que el senado está en el caso de manifestar la satisfacción que le cabe por este suceso de un modo mas positivo. Por lo tanto ruego al senado: primero, que se digne proponer una acción de gracias al ilustre caudillo que ha llevado á cabo esta negociación; y segundo, que si el senado no lo lleva a mal se dirija á S. M. un reverente mensage (sic) felicitándole por este suceso, y ofreciéndole su cooperación para llevar á término el deseo de los pueblos , que es el restablecimiento de la paz. De este modo creo cumpliremos debidamente con nuestra misión.

El señor PRESIDENTE: Antes de todo va á leerse la proposición presentada por el señor González, porque el senado no puede deliberar sino sobre proposiciones presentadas por escrito que han de seguir los trámites señalados por el reglamento.

Se leyó la siguiente proposición. "Pido al senado que se sirva acordar un voto de gracias al duque de la Victoria y al ejército que ha cooperado á la realización del importante suceso de que acaba de darse cuenta.»

El señor GONZÁLEZ como autor de la proposición dijo: El señor duque de Rivas me ha prevenido ya en lo que yo podía decir al senado para apoyar la proposición. Su señoría ha manifestado de una manera convincente cuáles eran los sentimientos de su señoría, y cuáles los que animaban á todos los señores senadores; en su consecuencia poco podré yo añadir á lo que el señor duque acaba de decir tan oportunamente. Pero sin embargo, voy á llamar la atención del senado sobre la prudencia con que el señor duque de la Victoria ha procedido.

Grande ha parecido en muchos combates donde se ha cubierto de gloria pero nunca ha parecido más grande que cuando poniendo un dique a este lago de sangre que por todas partes nos inunda, ha encontrado el medio de dar la paz á esta magnánima y trabajada nación. El duque de la Victoria en estas negociaciones no solamente ha salvado el trono por el cual hemos combatido constantemente todos los buenos españoles, no solo ha puesto á cubierto la regencia de la augusta madre de nuestra inocente Reina, sino también las instituciones consignadas en la constitución de 1.837; no ha querido señores que se lastimen de ninguna manera las disposiciones comprendidas en aquel código, y esto le hace más grande que el valor que siempre ha mostrado en los combates.

El duque de la Victoria con un ejército valiente y sumiso ha sabido proporcionar un suceso tan grande y tan feliz como el de que se nos acaba de dar cuenta.

Estas razones son las principales que yo he tenido para firmar esa proposición que sin dificultad espero será aprobada en el momento, y para ello me prometo que el señor presidente y el senado pasarán por algunas formalidades del reglamento en favor del asunto que lo motiva, pues que la acción de gracias que yo propongo se vote al señor duque de la Victoria y al ejército de su digno mando, no quisiera se creyese que era una cosa premeditada, sino hija de la emoción que ha causado en nuestros corazones tan fausto y feliz suceso.

El señor PRESIDENTE: Debo decir al señor González que el presidente no tiene facultad para prescindir de las formalidades establecidas en el reglamento, sino que por el contrario debe ser su mas fiel observador. Así que, yo no puedo dejar de observar lo prevenido en el reglamento, que en este caso es hacer que la proposición que se ha leído pase a las secciones, pues que no hay otro medio de salir de la dificultad.

El señor GONZÁLEZ: He dicho antes y repito ahora que en favor al asunto que motiva la proposición, pudiera prescindirse de ciertas formalidades dilatorias del reglamento, puesto que este negocio debería darse por terminado en esta misma sesión.

El señor marqués de VALLGORNERA: Señores, creo que el caso presente está prevenido en el reglamento en el artículo 65, que dice: que si se presenta alguna proposición de tal gravedad y urgencia, que el senado por dos terceras partes de votos presentes, no siendo estos menos de 50, resuelve tomarla en consideración, pueda oír en el mismo día el dictamen de una comisión y discutirle. Por lo tanto puede terminarse hoy mismo este negocio.

El señor PRESIDENTE: Está bien, puede seguir esta proposición el curso que previene ese artículo del reglamento, pero necesita estar firmada por cuatro señores más.

En consecuencia de esta manifestación del señor presidente fue firmada la proposición del señor González por los señores Medrano, conde de Vigo, Isla Fernández y Ondovilla, y acto continuo la tomó el senado en consideración».

El Eco del Comercio, jueves 5 de septiembre de 1.839, núm. 1.953, página 2.